“Hay quienes ven la historia republicana del Perú como unacueva de bandoleos o un muladar que sólo merece desprecio o condena Algunos, encambio se pecipian en su recino paa querer convertirlo en un santuario y venerar en él a los antepasados propios y ajenos. Y nofaltan los que se embelesan, comoante un tesoro, ante el dao escueto. Aquí se ha buscado, ante todo, comprensión, objetividad, coordinación, ensamble, sin odio para nadie , tratando de superar el aolondamieno, la vehemencia elencono la suciedad y la mezquindad plagas de la vida criolla. Al procura que se haga la “toma de conciencia” de un pasado tan turbulento y tan escabroso y al mismo tiempo tan peruanos como es el período de la república en nuestra historia, se está buscando, en realidad, una forma de maduración nacional.
Tomar conciencia de la historia es hacer del pasado eso: pasado. Ello lleva a aceptarlo como carga de gloria y de remordimientos; pero implica, además, percibir que lo muerto, por el hecho de haber vivido en forma irrevocable, ya dejó de ser y hay que asimilarlo al patrimonio del presente. Somos productos del ayer y estamos viviendo en parteen lo que de el quedó al deslizarse para convertirse en presentepotodas pares nos rodea; pero a la vez tenemos que afrontar nuestra propia vida con sus propios problemas, comoindividuos, como generación, como pueblo, como Estado, como humanidad”.
Jorge Basadre
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